lunes, 22 de marzo de 2010

luna astuta

Acompañada por una luna astuta, entre una oscuridad que no me limita y  un silencio con eco, la música me ofrece la opción del viaje lejano (al físico), ese que puedes hacer sin cédula, sin maleta, sin dinero y llegar a mundos contradictorios que te llevan a lo nuevo o a lo conocido, a descubrir palacios o favelas... 
Me gusta que la noche me abrace en soledad porque significa que estoy lejos de alborotos, de luces, de miradas, de conocidos, de rutinas, de miedos, de constancias, de errores; es cuando puedo ser auténtica, sincera en palabras, en pensamientos, en ideas, en inspiraciones, cuando puedo rugir en silencio, llorar en extremo, soñar con imposibles, disponer proyectos, llegar a un acuerdo conmigo... Nadie me dice, nadie me obliga, nadie me dirige, nadie me examina (ni yo), nadie me engaña, nadie es nadie... Solo soy inagotables espantos de todo lo que incluyo, de un círculo poco definido que dentro de la noche se convierte en sólo una esfera… mi esfera... sin que me importe el diámetro de ella, ni hacia dónde ruede, como si mi estado de ánimo fuera una copa de vino intenso.





6 comentarios:

  1. Un hermoso homenaje a la noche que con su misterio nos deja soñar despiertos...
    Saludos a todas las lechuzas...

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  2. Waldi Poldi :-), así es... nos deja soñar, a veces más despiertos, a veces menos...
    ¿Las lechuzas, soñarán?

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  3. Nory!!! nos pasamos del MSN al blog y viceversa. Comunicación hay, eh!
    Gracias amiga.
    Un beso

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  4. ¡ Me parece bien gótico ! Excelente
    El fotografo

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Gracias caminante...llévate una rosa, para que te arome el andar...