Solitarios, caminando por las calles, descalzos y vestidos de pobreza, con los labios azules por el frío, y los ojos oscuros de tristeza.
Desgastados de dolor, sin pan ni mesa, con la boca repleta de pedidos, con las manos vacías... y con llagas.
Son nuestros crucificados de cada día, con los brazos en señal y sin palabras, bañados en sudor en sus desiertos, poblados de incertidumbres y de chapas.
¿Quién te condena, hermano de la calle? La infausta caída de las leyes, las estafas, la impericia y los gritos, los que mienten en todas sus campañas...
Te hacen recorrer todos los barrios vistiendo tu sayal y sin sandalias, condenado a las sobras que se tiran, aferrado al madero de tu vida, coronado de indigente, sangrando por tu herida irreparable y vendido por unas monedas escasas.Lo peor es que de alguna manera nos dan miedo
Y pienso:
Ya no sé. No entiendo más nada de éste mundo. Se me antoja un calvario diseñado en noches ilegítimas. Pasando una y otra vez la misma película inclemente.
Hambrienta sociedad mortificada, que sigue soñando y no despierta, esperando un salvador inexistente…
Tal cual!!!!! Me parece muy acertado y bellísimo!!!!
ResponderEliminarMe encantó!!!!!
Los pude ver como si estuviera en tu ventana. Aunque triste la pintura, me encantó la letra.
ResponderEliminarHola Nora, amiga!!!
ResponderEliminarComo siempre, muchas gracias.
Un beso grande
Adri:
ResponderEliminarEstoy super felíz de ver como crecés en tu blog, también.
Muchas gracias por leerme, y comentar.
Un beso ;)
Muchísimas gracias Susana! La admiración es mutua :) Por cierto te escuché en Luz de Gas, ¡preciosa tu voz!
ResponderEliminarUn abrazo.
Jose.
Me gusto mucho, mucho tu post!!!!!!
ResponderEliminarMe parece una magnifica pintura sobre nuestros niños de la calle, con sus rostros entristecidos de hambre y necesidades.
Mostras una gran sensibilidad. Te felicito!!!!
Cariños.
Cuentan que Marx escribió El Capital mirando las movilizaciones obreras desde una ventana, Sartre hablaba de el escritor como un comprometido con la realidad, tus palabras no me han producido el escalofrío suficiente como para llegar a hacerme vibrar algo dentro como el poema de Armando Tejeda Gómez en Hay un niño en la calle que tan magistralmente interpretó en su último disco la Negra Sosa. Creo que debemos como escritores "comprometidos"comprometernos un poco más, "meter las patas en el barro" sino somos meros reproductores poéticos de discursos políticos que hoy ya suenan vacíos sobre todo cuando uno vive a diario tanta pobreza en las calles y nos hacen doler las tripas aquellos últimos versos de Tejeda "porque nadie protege esa vida que crece/ y el amor se ha perdido /como un niño en la calle..."
ResponderEliminarMaría Elena, agradezco tus palabras. Los seres sensibles, somos (como vos) los que tratamos de expresar nuestros sentimientos de uno u otro modo, yo hago lo que puedo escribiendo, y éste mundo de los blogs nos da algunas posibilidades.
ResponderEliminar¡Bienvenida! y nos leemos.
Un beso
Leucipo: gracias por tus apreciaciones tan sinceras. Jamás se me hubiera ocurrido ni remotamente compararme con los grandes que mencionás. Obras del calibre de Armando Tejeda Gómez tienen mucho camino recorrido, y además han sido inmortalizadas por una artista gigantesca como la negra Sosa. Lejos de mi tal pretensión. Suficiente que al leerme se te hayan ocurrido esos nombres. Eso –de por sí- es un halago. Lo que sí puedo asegurarte una cosa: si de algo estoy lejos es de la política. Creo mucho más en aquellos que hacemos las cosas (acaso sin escribirlo taxativamente) de maneras mucho más directas, y sin querer ganar ningún rédito ostensible.
ResponderEliminarUn abrazo.
PD: también te invito a conocer mis otras letras, en particular, mi otro blog "extrangótica".
leo y leo y no sé con cuál de todos quedarme.
ResponderEliminarUn placer visitar este blog.
Cariños, :-)